¿Desde qué momento esta mi obra protegida?

Es quizá la mayor pregunta que nos realizamos aquellos que realizamos algún tipo de arte, y más aún, aquellos que deciden colocar dicho arte en la red.
Atosigados por piratas y plagiadores, por usurpadores de obras, por trolls inescrupulosos, niñatos sin creatividad que toman lo que no es suyo, el arte de un novel creador, o creadora, se ve amenazado por numerosos tiburones que acechan presurosos indefensos surfeadores.

Legisladores de diversos países, partiendo de los legendarios creadores del convenio de Berna, se han planteado lo mismo: el artista, un sujeto bohemio y despreocupado, un creador de cultura, desconocedor de los sistemas legales, merece estar protegido. Por ello, el artista está protegido desde el momento del nacimiento de la obra… exacto, no es requisito un registro de la obra para gozar de los derechos de protección.

De ese modo, aquellos artistas que publican en la red, pueden alegar su primacía en relación a la paternidad de su obra simplemente con mostrar la fecha de registro de la misma en las páginas que albergan su arte… más dicha protección posee un vacío jurídico bastante complicado: ¿Qué pasa si yo cree la obra en mi casa, en soledad y determinado sujeto roba mi obra y la sube a la red antes que yo pueda hacerlo?... lamentablemente, con dicha consideración, el asunto se complica: el autor afectado deberá solicitar un peritaje, es decir alguien que realice pruebas de escritura a ambos y, tras comprobar los estilos de creación, emita un informe. Dicho informe tan solo se constituye en una prueba para un proceso legal, en ocasiones largo y tedioso. Por ello, los Estados han implementado un segundo elemento de protección en relación a la protección del arte: el registro.

El registro de las obras artísticas se constituye en una de las pruebas más importantes para los jueces e caso de controversia, pues es el Estado el que da fe de la paternidad de una obra a un artista, pues supuestamente dicha obra es la primera en registrarse, no hay otra igual, no es una copia. Vale aclarar, no obstante, que el registro es simplemente una prueba de gran valor, no una constancia de la realidad, pues puede ocurrir que el ladrón de la obra haya aprovechado la falta de registro para intentar legitimar su delito. Es importante recordar que el artista siempre puede probar que él, o ella, escribió antes su obra: testigos, peritos, documentos…incluso carbono 14 son bienvenidos.

Para concluir, refuerzo: desde que tu obra nace está protegida, siempre es mejor acudir a un registro de derechos de autor tan pronto como puedas y siempre es bueno tener un poco de carbono 14 (bueno, quizá lo ultimo no es tan necesario).

Por ahora, me despido que me voy de compras (se agotó mi reserva de carbono 14), feliz creación y un prudente, pero útil, registro.

Sobre el arte y sus doctrinas (Parte II)

Doctrina Tolstoi

Creada y defendida por León Tolstoi, nos presenta una doctrina sumamente pesimista respecto al arte, este doctrinario nos plantea que el arte como un elemento innecesario para la humanidad, incluso como un sistema de opresión nocivo.
Tolstoi plantea que el arte es simplemente la manifestación de la vanalidad y orgullo de un solo sujeto, para beneplácito de un grupo muy limitado de personas. Dentro de esta concepción, la belleza de una obra pasa a segundo plano, tomando su lugar la arrogancia y el deseo de inmortalidad así como la inmoralidad respecto a las masas por parte del artista.
Tolstoi, para demostrar su teoría comenta que, por ejemplo, para la producción del más sencillo baile, ópera u opereta varios hombres se ven obligados a entregarse a un trabajo que muy a menudo resulta humillante y penoso, pues los artistas no cumplen por si mismos la suma de trabajo que requieren sus obras. El auxilio que requieren para la culminación de los mismos lo obtienen de distintos modos, ya en forma de dinero dado por los ricos, ya en forma de subvenciones otorgadas por el Estado y proveniente del pueblo, que en su mayoría, tiene que privarse de lo necesario para pagar la contribución”
Por tanto, derivado del estudio de la obra de este artista, en su totalidad, deducimos que arte es toda exteriorización de la vanalidad de uno o un grupo de personas, que oprimiendo a un determinado grupo humano, logra una exteriorización efectiva que satisface el ego del llamado artista.
No obstante la visión negativa y oscura de este, obviamente artista literario, surgen diversas críticas a su doctrina: el arte, en primera instancia, con el tiempo ha dejado de ser aquel elemento de lujo al que accedían unos pocos dentro de los sistemas socio políticos en que se desarrollo la vida del artista, ocurriendo, en nuestros días, exactamente lo contrario; el artista pobremente puede vivir de sus obras, no hay casi contribuyentes para el desarrollo del arte, la piratería y el plagio, al orden del día, no hacen más que empobrecer a los creadores y, finalmente, el Estado ha dejado de patrocinar a numerosos artistas, dejando de lado las expresiones creativas novedosas y centrándose en aquellas que unos pocos organismos consideran, a su mezquino juicio, como arte.
Lejos nos encontramos de aquel idílico mundo de Tolstoi donde el arte es tan apreciado como alguna fina gema labrada, el mundo que hubiera podido corregirse para bien…

Doctrina Marxista Occidental

Parte de la filosofía del Marxismo Occidental, presenta como sus principales exponentes a Lukács, Benjamin y Horkheimer.

Determina que el arte debe ser considerado como una forma de conocimiento de la realidad, este además, presenta una característica diferencial considerada central: nos permite la unidad entre lo objetivo y lo subjetivo, lo esencial y lo fenoménico, que le daba la posibilidad de penetrar en la alienación propia de la sociedad capitalista. Esta, no es aquella interesada e instrumental de la que se sirve el mercado capitalista, es más bien, la contraparte de la actividad alienada y desubjetivizada de las fábricas.

Benjamin, nos habla de algo realmente interesante: la función social del arte, y paradójicamente, explica que dicha función social es precisamente que el arte no posee ninguna. Nos preguntamos, ¿entonces de que sirve el arte en la doctrina marxista occidental?, la respuesta nos las brinda el mismo Benjamin: al carecer de una función social, permite al autor y a quien percibe la obra, permanecer en una posición crítica de la sociedad.

Por tanto, para esta doctrina, lejos de la belleza o no de la obra, el arte es, sin importar sus características estéticas, todo producto del artista que busque, mediante el conocimiento de este, que tanto el autor como el espectador permanezcan en una posición crítica de la sociedad.

Doctrina Heidegger.

Este doctrinario parte de la siguiente idea: “El arte es el origen de la obra, y ella es lo que hace posible a los creadores en su esencia”, notemos que para este doctrinario también pasa a un segundo plano la belleza, así como la importancia de esta respecto a su eternidad o no.
Para Heidegger es más importante la creación y el proceso creador de la obra que la obra en sí misma, la obra alimenta la capacidad del artista, el artista se convierte en una especie de obra de la obra, la obra, para este autor es quien modela al artista y no ocurre al revés como postulan las otras doctrinas.
Esta doctrina es quizá la idea fundamental en la que se basan diferentes artistas de la actualidad que desarrollan diferentes, e innovadoras, formas de arte: el Action espectacle (o arte de acción), el happning y hasta el Fluxus son claras muestras de aquella idea donde el proceso creativo es más importante que el arte derivado de dicho proceso.

Doctrina del Autor

Finalmente, para cerrar el ámbito de las doctrinas, tras leer, y comprender, aquellas que se han desarrollado en el Blog, es que decido cerrar este bloque con la doctrina, propia, que servirá a ustedes, amables lectores, para entender que es lo que este blog comprende por arte.
Como toda doctrina queda abierta la puerta a las criticas, ladrillazos, emboscadas con golpiza callejera y amenos debates televisados (o quizá no pero debates al fin y al cabo), es este mi punto de vista y espero se difunda por allí y por aquí, pero sobre todo entre los artistas y pensadores.
Para determinar realmente que es arte no se debe analizar a la obra derivada de la producción humana, sino a la finalidad que la persona, llamada artista, busca realizar con dicha producción.

El artista puede dejar de lado, si lo desea, las concepciones de bello o de los estéticamente agradable, según las convenciones sociales del territorio en que desarrolla su arte, pudiendo buscar nuevos medios, o utilizando los que se encuentren a su disposición para transmitir dicha expresión a uno, o varios, receptores de su, así llamado, arte. Para ello, no solo son viables los elementos que fijan una expresión en un material o soporte físico, sino también, las expresiones con elementos fungibles, y hasta las expresiones efímeras, que agotan la obra las la efectivizarían de la realización de dicha expresión.

Por tanto, resumiendo dicha explicación, es posible definir aquello que puede ser llamado arte de la siguiente manera:

Es la actividad y el producto mediante los cuales el ser humano expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, reflejando ésta a través de cualquier recurso que esté a su alcance y que puede o no ser estéticamente agradable a los sentidos.

Considero que en esta definición se toman en cuenta los aspectos referidos, tanto a la estética como al deseo del artista de expresar su visión al resto de la humanidad…

Y listo (vengan flores y ladrillazos), con esto podemos comenzar a leer noticias y cuestionar Estados, SENAPIS, SGAES, IDAUTORES o ARGENTORES, podremos ahondar en temas de protección de fanfics de piratas y de plagiadores, de autores y de admiradores, de derechos y sus derechos conexos… hablares, escribiremos y poco a poco, comprenderemos.

Sobre el arte y sus doctrinas (Parte I)

Es importante, y por demás interesante, el entender el origen de aquel término que lleva a adentrarnos en este apasionante mundo: el arte.
A lo largo de la historia muchos se han preguntado que es realmente el arte y que debemos entender por dicho término, algunos monarcas, y posteriormente estadistas, quisieron saber si sus países, o Estados, debían proteger aquellas manifestaciones artísticas.

Los diversos debates fueron surgiendo, el arte podía ser una manifestación del alma tanto como un inmisericorde modo de explotar a las masas oprimidas. El arte puede ser un modo de transmitir cultura o simplemente una mezquina expresión de un ego individual, el arte puede ser tan solo lo perdurable y hermoso o puede ser aquello efímero, repugnante y volátil.

Y aunque parezcan expresiones, o ideas, absolutamente contrarias existieron, y aún lo hacen, numerosos grupos sociales que se atrincheran en cada uno de aquellas ideas, es por tanto lógico desarrollar las más significativas, tarea que me propongo a realizar a partir de este momento.

Doctrina Española.

Principalmente dirigida por Mendoza, artista español, esta doctrina, deriva del pensamiento clásico griego y propone que solo puede ser arte aquello que es agradable a nuestros sentidos. Parte del principio de la belleza eterna es decir, es arte lo que puede ser permanentemente bello. Es importante que quede claro un aspecto: el nombre de esta doctrina no implica que todos los artistas españoles aprueben la misma. El nombre, más bien, proviene del siguiente hecho: la legislación medieval, y colonial, española así como el pensamiento artístico de la época, influye cual caudal madre, en las diversas legislaciones, especialmente de las futuras colonias, siendo que las mismas toman partes fundamentales de dicha doctrina, permaneciendo, siglos más tarde, con la misma ideología jurídica.

Esta doctrina, no solo habla sobre lo que puede ser arte, sino que explica y discute, sobre lo que no puede ser llamado arte, es decir todo aquello cuya belleza se pierde con el tiempo.

De allí que solo pueden ser considerados como formas de arte, las consideradas bellas artes, (música, pintura, escultura, arquitectura, teatro, literatura y danza) es decir, las que los griegos consideraban artes superiores, no pudiendo existir espacio dentro de este pensamiento, para nuevas formas de arte.
Amplias críticas nacen con esta escuela que niega, lastimosamente, la naturaleza de la inventiva humana: no todo lo hermoso y ordenado puede ser arte, de otra manera, formas artísticas ampliamente reconocidas, el arte encontrado por ejemplo, tenderían a perder su naturaleza artística.

Encontrándose en dichas contemplaciones, los aristas decidieron reclamar, manifestarse, entrar en huelga, bloquear el flujo artístico… así es como nacería una escuela que se opondría a la noción del arte que había acuñado la doctrina española.

Doctrina Dadaísta

Nacida como una escuela que propone sus trabajos de arte como un no arte, adquiere una importante notoriedad, y quizá para pesar de sus instigadores, o quizá boicoteadores de lo antes conocido como arte, su tendencia y trabajo no artísticos, comienzan a considerarse arte. La escuela comienza a prosperar y a crear una doctrina que posee el mismo nombre que su escuela, ambas serían principalmente defendidas por Tristán Tzara, uno de los fundadores de la corriente artística del dadaísmo, plantándose, de ese modo, como la doctrina contraria a la doctrina española.
Esta doctrina explica que lo bello debe algún día morir y lo que no puede, o debe morir es la visión que se buscaba exteriorizar, esta doctrina se manifiesta contra la inmovilidad del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y contra lo universal en general.

Propugna, en cambio, la desenfrenada libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, actual y aleatorio, la crónica contra la intemporalidad, la contradicción, el no donde los demás dicen sí y el sí donde los demás dicen no; defiende el caos contra el orden y la imperfección contra la perfección.
Por tanto, la misma plantea, que todo aquello producido por el artista y que pretenda tener la calidad de arte, generando una sensación o percepción positiva o negativa en un tercero, es arte, sin importar si este es agradable o no a los sentidos, si es o no es lógico o si es no perecedero. Abre, esta doctrina, el paso a numerosos pensadores y artistas, que dejan fluir una corriente creadora que si bien tuvo amplia aceptación en el mundo artístico (nacen, con el tiempo, el collage, el bio arte, el Fluxus, y muchos más) , lastimosamente no tuvo una mayor aceptación en el mundo legal, que al menos en América latina (con sus leyes de autor, su CAN y su MECOSUR no ha visto más allá de las ideas impartidos en siglo pasado en un antiguo convenio dado en Berna y revisado en París).

Y así, comenzando entre dos provocadoras ideas, entre dos antagonistas legendarios, dejo este espacio para una discusión un poco entre los dadaístas y un poco entre los españoles, reservando en mi mente a los rusos y alemanes para una siguiente entrega en que quizá un boliviano se anime a dar su idea.

Bienvenidos a Juryarts

El mundo del arte es basto y apasionante, numerosos pensadores, prósperos autores, apasionados artistas buscan transmitir una visión del mundo del arte a los aun más numerosos sujetos que aprecian estos trabajos.

Más, como se dijo antes, este mundo es muy basto y sobrepasa los límites establecidos por una pintura o una escultura, por un comic o un maga, por un anime, por una obra de arte encontrado, por una pieza de arte culinario, bio arte o una gigantesca lista de etcéteras.

Es también un mundo lleno de doctrina, de debates, de autores que buscan no ser plagiados, de plagiadores, de piratas, de bailarines y coreógrafos desahuciados, de pintores locos, de escritores chalados, de organismos gubernamentales muy laxos o muy severos, de buenos trolls y de malos críticos, de amargos sueños y de dulces pesadillas.

Es un mundo incomprensible donde el no arte del dadaísmo se vuelve arte y el arte convencional se vuelve un no arte.

Es un mundo maravilloso que este blog pretende analizar, aprender, enseñar y compartir,… sean, por tanto, bienvenidos a mi blog, a esta academia, que con un toque juridico y un toque artístico, pretende abrir sus puertas, bienvenidos (y bienvenidas, para sonar un poco plurinacional), a mi querido, Juryarts.