¿Es el diseño gráfico un arte?






Al revisar y entender el tema del Diseño Grafico nos asalta una duda por demás evidente: ¿es un arte el diseño gráfico?, de ser así, ¿por qué las normas que protegen Derechos de Autor, no protegen esta disciplina?

Para responder este cuestionamiento, debemos analizar con más cuidado los principios del Diseño Gráfico, ampliamente explicados por sus doctrinarios, para que podamos dilucidar si es en que esto en realidad se trata de un arte o no. Es Norberto Chávez quien desarrolla de manera más clara estos principios, y por tanto, el autor en quien basaremos nuestro estudio

(Los datos se obtuvieron del Artículo “Diez principios del Diseño Gráfico”, de Norberto Chávez, publicado en Foro Alfa (www.foroalfa.org), el foro más importante del Diseño Grafico a Nivel Iberoamericano. Para evitar hastiar al lector con demasiados y repetitivos pies de página referidos exclusivamente a lo mismo, les insto a tomar en cuenta que, en este subtítulo todas las citas atribuidas a Chávez son del mismo artículo citado):

a) Convencionalidad.

Chávez indica en su artículo “El signo debe configurarse conforme alguna combinación de los códigos gráficos culturalmente vigentes. La idea de «nuevos lenguajes gráficos» resulta absurda: si un lenguaje es nuevo, no se entiende”.

Veamos cómo este primer principio va contra uno fundamental del artista, en el cual, el arte busca la mayoría de las veces, crear precisamente nuevos lenguajes, resultado más bien absurdo, el no querer innovar dentro de sus respectivas ramas.

b) Ocurrencia.

“La ocurrencia compensa la convencionalidad al darle relevancia al mensaje. Pero el grado de atipicidad necesario no siempre es el máximo posible. Cada caso requiere un grado de ocurrencia diferente.”

Notemos, con especial cuidado, que este principio se basa en el mensaje, este adquiere el carácter central de la ocurrencia y la originalidad del trabajo para un diseñador gráfico. ¿Cuál es entonces la diferencia con el arte?, es sin duda alguna, bastante sutil. Notemos que el arte no envía o transmite mensajes, lo que busca transmitir es una visión del artista, lo cual es diferente al hecho que el mensaje en el Diseño Gráfico puede ser interpretado de una sola manera posible, mientras que la visión puede ser interpretada de múltiples maneras.

c) Eficacia.

“El signo ha de cumplir, como mínimo, todas las funciones para las cuales ha sido creado. Valores, como por ejemplo la estética, no pueden subordinar la eficacia del comunicado gráfico sino, por el contrario, potenciarla.”

Es importante notar como este principio se contrapone a uno básico del arte, donde los valores del artista, por ejemplo la estética, o la falta de ella, deben poseer un lugar primordial, la visión del artista, basada en estos valores, no es un comunicado, es más bien la transmisión de algo que, como dijimos antes, puede interpretarse de diferentes maneras.

d) Propiedad.

“El signo debe inscribirse en el paradigma identitario de su emisor. No basta con la firma: el comunicado mismo debe identificar al emisor. La identidad no consiste en hablar del emisor sino en hablar como él.”

Para comprender este principio, debemos ponernos en el lugar de un tercero que aprecie determinada obra o trabajo.

El tercero que se encuentra ante un trabajo finalizado del diseñador gráfico, debe comprender como es la personalidad de este, identificar claramente las características que lo definen, las mismas que deben ser similares en todos sus trabajos.

Por otro lado el receptor, tercero que aprecia una determinada obra de arte, no necesariamente debe deducir de esta las características que definen al artista, pongamos un ejemplo: una mancha negra sobre lienzo rosa, puede implicar, para el artista orden, más para el tercero puede implicar caos. En adición a eso añadamos que, para el artista no es una norma el reflejar siempre las mismas características en todas sus obras.

En resumen, en el trabajo del diseñador el receptor tiene una preponderancia al momento de interpretar el mensaje identitario, mientras que en el arte, es el emisor quien ocupa ese lugar.

e) Respeto.

“Tal como sucede con el emisor, la gráfica debe ajustarse y respetar los códigos del receptor. Se habla para él, para que él entienda”.

Este es quizá uno de los principales principios del Diseño Gráfico que se contrapone al arte. El arte, no debe reparar en el supuesto respeto a una sociedad determinada, el arte, al ser una manifestación de cómo el artista ve el mundo, muchas veces es irreverente e irritante pata una gran mayoría. Tomemos por ejemplo escuelas artísticas, por ejemplo la dadaísta, la cual en una gran falta de respeto a la sociedad de la época en que surgió, pues negó la importancia de la estética.

Un ejemplo de aquello son los trabajos de Spencer Tunik, autor de fotografías masivas de desnudos en grandes ciudades, al presentar su trabajo, y al realizar el mismo, fue sin duda alguna, sumamente irrespetuosos con la sociedad en la que realizaba su obra, al violar los principios básicos relacionados al pudor y comportamiento público; sin embargo, sus obras son apreciadas por miles en todo el mundo.

Imaginemos lo contrario: una empresa multinacional inicia una campaña basada en desnudos frontales; por más que este sumamente bien realizado el trabajo gráfico, será repudiado masivamente por la sociedad, incluso por quienes gustan del trabajo de Tunik, pues la finalidad de este trabajo es diferente, y por tanto, debe respetar los valores establecidos.
f) Pertinencia.

“El signo debe ajustarse al registro del vínculo comunicacional que se entabla entre emisor y receptor. Solo conociendo ese vínculo, es posible establecer el tono adecuado que cada ocasión amerita.”

Veamos un claro ejemplo de esto: Si una empresa desea vender autos deportivos, el diseñador no puede realizar su trabajo en base a tortugas acuáticas, la comunicación entre el emisor y el receptor se perdería por la total impertinencia de las tortugas con el producto que se busca promocionar.

El artista, por su parte, no debe preocuparse por ese vínculo comunicacional, puesto que la finalidad del arte no es comunicar nada, es transmitir, lo cual permite que la interpretación sea variable, pero que este hecho carezca de importancia.

g) Densidad

“Entre lo vacío y lo lleno debe haber una relación de sentido. El signo debe estar saturado, o sea, carente de zona privadas de sentido. Si al eliminar un elemento nada se pierde, es porque ese elemento sobraba.”

Notemos como es aquí importante en sentido que debe poseer un determinado trabajo, este sentido es valorado por quien observa que es quien recibe el mensaje del trabajo y los que elementos que lo conforman, el receptor es nuevamente el sujeto más importante. Si un trabajo, por mucho sentido que tenga para el diseñador, carece de sentido en la percepción del receptor, el trabajo no cumple su finalidad y debe ser, por tanto, desechado.

El artista, por su parte, no debe preocuparse por el sentido en que el receptor pueda o no hallar a su obra, al ser al artista más importante que el receptor, el sentido solo es válido para el artista, pudiendo ser que, algo con mucho sentido para el artista, carezca de este para el receptor, no siendo importante aquel hecho.

h) Economía.

“El despilfarro es comunicacionalmente negativo. El signo no debe contener redundancias superfluas o excesos gráficos.”

A diferencia del Diseño Gráfico, el arte al no comunicar, debe poseer todos los elementos que el artista crea convenientes, siendo que si posee lo que es percibido como redundancia por un tercero, la obra no pierde el valor que el artista quiere darle, y si este lo desea, aquellos elementos pueden, o mejor dicho, deben quedarse.
i) Transparencia.

El signo debe carecer de significaciones parasitarias que obren como interferencias a su mensaje específico.

Siendo concretos y sin redundar, contrariamente a este principio, el arte no posee en ningún momento significaciones parasitarias, este concepto simplemente no puede existir en el arte, puesto que el artista produce una determinada obra y transmite su visión, sin importarle la visión del receptor.

j) Anonimato.

“El signo debe ser autónomo, libre de referencias a su proceso productivo o su autor. El signo no es la historia de su proceso productivo: pertenece al emisor y su producción debe volverse invisible.”

Notemos que, mientras que el Diseño nos dirige a que siempre los trabajos sean anónimos, en el arte, el anonimato es solo una opción, opción que es poco considerada pues generalmente el artista busca ser reconocido por su obra.
En resumen, El Diseño Gráfico no es un arte, no puede ser considerado como tal al contraponerse sus principios básicos con los del arte, y por tanto no es necesario que se proteja por medio de las leyes de protección intelectual y Derechos Conexos, este hecho parece haber sido percibido por los legisladores, quienes no incluyeron, dentro de ninguna normativa, una posible protección de este tipo.